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RIO TIBER
Desde su nacimiento, el Tíber fue el alma de Roma, como consta en la leyenda de su fundación, con Rómulo y Remo flotando en una canasta. Se utilizó durante muchos siglos como vía de comunicación; en la época de la antigua Roma los barcos comerciales podían remontar el río hasta el centro de la ciudad. Es el tercer río en importancia del país, por su longitud, después de los ríos Po y Adigio.
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